¡Buenas!
Os conté que hace poco nos embarcamos en el marrón la aventura de casarnos por triplicado: una celebración con la familia, otra con los amigos en Alcoi y otra con los amigos en Barcelona. La más extraña y a la vez genial fue, sin duda, la segunda, pues no se nos ocurrió otra cosa que ambientarla en Japón. Esto implicaba decoración más o menos japonesa, comida más o menos japonesa, disfraces más o menos japoneses y regalos, cómo no, más o menos japoneses: amigurumis por doquier.
El amigurumi más japonés fue a parar a manos del señor Pablet, otro gran organizador y mejor persona. Se trata de un kodama, espíritu que vive en el bosque según la mitología japonesa. Existen varias formas de representar físicamente a un kodama, pero en los últimos años la más popular ha acabado siendo la de los seres ovalados que aparecen en la película La Princesa Mononoke.
Aunque hay varios patrones por Internet, escogí éste por el tamaño final del muñeco; cuando pretendes que el amigurumi se utilice como llavero, o los patrones disponibles se reducen a la mitad, o te las ingenias para reducir el tamaño total a base de quitar puntos de aquí y de allá sin que el muñeco quede como una boñiga... no sé desde fuera cómo se ve, pero la cosa puede complicarse bastante a poco que el patrón sea un poco rebuscado.
Como podéis ver, el hecho de que tenga un ojo de cada tamaño acaba siendo el distintivo fundamental que esta criaturilla asimétrica. Con espíritus como estos, ¿quién puede tenerle miedo a lo desconocido? :)
No hay comentarios:
Publicar un comentario