Si la moda me incomoda en invierno, el verano no iba a tener distinto privilegio. Ni papagayos, ni colores fosforitos, ni tapetes de la abuela reconvertidos en camisetas. Pero esta vez no podía echar mano del recurso "fácil" de las agujas y la lana por razones obvias, así que opté por comprarme camisetas lisas y decorarlas a mi antojo. Como primer experimento he optado por bordar en cadeneta con diferentes hilos marrones, vestigios de mi anterior etapa de punto-crucera, una camiseta blanca... no las tenía todas conmigo, pero al final ha quedado resultona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario