lunes, 21 de octubre de 2013

Ganchillo solidario

Nunca me ha gustado la palabra "caridad". Me recuerda a aquellas imágenes del No-Do (y otras no tan antiguas) en las que aparecían unas señoras de clase alta recogiendo donativos para los más necesitados... curiosamente, sólo señoras, como si fuera un divertimento para el que no tenían tiempo los señores de clase bien. Siempre he pensado que toda persona tiene derecho a un trabajo digno y que, en caso de no encontrarlo, debería ser el Estado el que por ley diese protección a las personas más desfavorecidas (progresividad real de los impuestos). Nunca, nunca, nunca, el sustento de una persona debería depender de que alguien se despierte benevolente y decida ser caritativo.


Por desgracia, en los tiempos que corren los Estados no parecen preocuparse demasiado por las personas que pasan hambre o no tienen techo; suerte que, ante tal inactividad, el ciudadano de a pie, con muchos menos recursos que otros, decide ayudar a las personas que peor lo están pasando. No es LA solución, pero puede ser una forma de hacer la vida un poquito más fácil (o menos difícil) a muchas personas.

Es por esto que estoy encantada con la iniciativa que ha tenido la gente de Tejido Social Valencia (aunque yo me he enterado a través de Ana, de la tienda valenciana de moda Chè, Que Mona): tejer entre varias personas muchos cuadros de ganchillo, los llamados granny squares, y unirlos para confeccionar 40 mantas que abrigarán a la gente que no tiene un techo bajo el que dormir. Es la unión perfecta entre artesanía y solidaridad, ocio y acción social.

Cuando vi que se creaba la actividad Ganchillo Solidario, recordé que hacía unos meses había tejido unos granny squares simplemente por diversión, para aprender algo nuevo, sin intención ninguna de hacerme una manta. Aunque los que yo tenía eran más pequeños de los que se buscaban (10 cm x 10 cm), los arreglé para que fueran del tamaño adecuado e hice algún que otro nuevo... para una manta no dan, pero algo es algo (como dicen en mi tierra, "tota pedreta fa marge").


Si os animáis, tenéis hasta el 30 de octubre para hacerles llegar vuestros cuadros. Hay varias opciones:
  • Si no sabéis hacer este tipo de cuadros o simplemente queréis hacerlos en grupo, os podéis acercar a la tienda los sábados de 17:00 a 20:30. Allí Ana os enseñará cómo hacerlos y seguro que pasáis un rato muy agradable.
  • Podéis hacerlos en vuestra casa y llevarlos directamente a la tienda.
  • Si vivís lejos, como es mi caso, los podéis enviar por correo a la siguiente dirección:

Chè, que mona
C/ Alta, 62 (bajo)
46003 Valencia

 ¿Listos para ganchillear? ;)

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Singer in the rain

Y después de haber transcurrido bastante tiempo desde que hice aquel curso de reciclaje de ropa y aprendí a utilizar la máquina de coser, por fin sacaron en el Lidl una de esas fantásticas ofertas de una Singer muy apañaíca por menos de 100 €.... :D


El primer proyecto al que me he enfrentado una vez adquirida mi propia máquina ha sido una funda donde colocar la servilleta y los cubiertos aquellos días en los que te tienes que llevar la fiambrera al trabajo. Las telas las compré en Fet a mà, tienda de la que ya os he hablado alguna vez.


El mayor quebradero de cabeza fue planificar bien los pasos a seguir para que no quedara un churro cosido y recosido, sino que se vieran las mínimas costuras posibles. Después de coser y descoser alguna que otra vez, esto es lo que ha salido:


Ahora la idea es hacer algo parecido, pero para transportar las agujas circulares de tricot y las de ganchillo en lugar de los cubiertos. Ni que decir tiene que aquí estará colgado una vez hecho, pero eso será de aquí a un tiempo... ¡no todo en Feel i Cotó va a ser costura!

jueves, 25 de julio de 2013

El pollo criollo

¡Hola, mundo!

Hoy toca entrada corta. Simplemente, os dejo con uno de tantos amigurumis que he hecho y regalado. Como otras veces, le puse una anilla para poder utilizarlo de llavero, ya que el tamaño se prestaba a ello. No me preguntéis de dónde saqué el patrón porque no me acuerdo (¡de esto hace ya casi 2 años!), pero seguro que no será muy difícil de encontrar.

martes, 9 de julio de 2013

Summertime

Si la moda me incomoda en invierno, el verano no iba a tener distinto privilegio. Ni papagayos, ni colores fosforitos, ni tapetes de la abuela reconvertidos en camisetas. Pero esta vez no podía echar mano del recurso "fácil" de las agujas y la lana por razones obvias, así que opté por comprarme camisetas lisas y decorarlas a mi antojo. Como primer experimento he optado por bordar en cadeneta con diferentes hilos marrones, vestigios de mi anterior etapa de punto-crucera, una camiseta blanca... no las tenía todas conmigo, pero al final ha quedado resultona.


viernes, 14 de junio de 2013

¡Trico-trico-tra!

El pasado invierno me pasó lo mismo que me pasa siempre: cuando voy a comprar ropa no encuentro nada que me guste. Y mira que era sencillo, porque yo sólo quería un suéter de punto calentito para esos días tan fríos y húmedos. Lo cierto es que había jerséis de punto, pero o tenían tachuelas (estarán muy de moda, pero a mí me parecen, por lo general, horribles) o eran de colores más tristes que una panda de emo's*. Solución: DIY, abreviatura del inglés do it yourself, que en castenallo plano significa que te espabiles y te lo hagas con tus manitas.

El problema era el de siempre, la técnica. Yo en punto había hecho alguna bufanda que otra (si no cuento mal, tres), pero nada más, y entendía que un suéter implicaría una dificultad extra (aumentar y disminuir puntos, montar y cerrar de forma no chapucera, etc.). Como la red está llena de información, pero rato largo desordenada, preferí hacer algún curso donde me enseñaran paso a paso todo lo necesario. Y... ¡bingo! Durante el mes de febrero, que fue en el que empecé a montar todo este tinglao, en Ifil había una serie de cuatro cursos encaminados a crear tus propios suéteres, vestidos, etc.

Una vez resuelto el problema de la técnica, sólo quedaba practicar. Como empezar directamente con un suéter de tamaño adulto me pareció un poco duro, pensé que mucho mejor era tomar como excusa una de las criaturas que están a punto de nacer a mi alrededor (cuando alrededor tiene unos cuantos muchos kilómetros de distancia), la futura hija de Eva.

Primer hándicap: dónde encontrar un patrón decente. En los cursos de Ifil nos recomendaron que nos inscribiésemos en la gran red social de frikis de la lana Ravelry, donde encontré un patrón gratuito de un vestido monísimo.

Segundo hándicap: las agujas. El vestido en cuestión no tenía costuras, para lo cual era necesario tejer con lanas circulares. Me acabé comprando un pack de agujas de diferentes grosores y longitudes intercambiables. Nunca antes había probado las agujas circulares, y ahora ya no seria capaz de volver a las rectas. Comodidad, versatilidad... ¿qué más se puede pedir?


Tercer hádicap: la lana a elegir (colores, tipos, etc). Como era la primera pieza complicada que tejía, preferí ceñirme al patrón en cuanto a grosor de la lana y, por lo tanto de las agujas (3 mm). A lo que no me ceñí en absoluto era al color: en el patrón aparecía una fotografía del vestido en fucsia. Como lo de que el rosa es para niñas y el azul para niños lo aborrezco a muerte, me decidí por un vestido bicolor: una parte la haría con verde oliva y la parte principal con verde lima (no es que sea de las mujeres que saben diferenciar 50 millones de verdes, simplemente es lo que ponía en la etiqueta de la lana). En cuanto al tipo de lana, la elegida fue la alpaca.



Después de la prueba de tensión, de empezar el vestido y de deshacer más de dos y más de tres veces alguna parte, esto es lo que salió:



Después de tanto ganchillo, ya empezaba a ser hora de dedicarme al punto, ¿no?

Os dejo con la canción que da nombre a este post, jejeje ¡Que tengáis un buen fin de semana de calor hasta en la sombra!


* N. del A. Me ha hecho mucha mucha risa que el editor de texto me haya detectado emo's como error de vocabulario y lo haya querido cambiar por memos.

viernes, 26 de abril de 2013

El Cthulhu menos imponente de la Historia de los Cthulhus

¡Hola de nuevo!

Después de siglos y siglos de no escribir, os traigo otro de los múltiples amigurumis que he dado y regalado: un Cthulhu. De este ejemplar hice dos, uno para mi ex-compañero de despacho Miguel Ángel y otro para mi amigo Pau (o Pablet, o Blet, o whatever).


Para el que no esté informado, Cthulhu es un ser mitológico creado por el autor de novelas fantásticas Howard Phillips Lovecraft. Mucha gente me llamará hereje por esto, pero la verdad es que no he leído ninguna de sus obras, así que quien quiera más información del bicharraco o del autor, que se lea la Wikipedia, que para algo está.

El patrón en este caso no es mío, lo saqué de un blog llamado Cthulhu Crochet and Cousins. Sí, es increíble a la par que cierto: hay gente en el mundo que en su blog se dedica casi exclusivamente a recopilar amigurumis de Cthulhus... ¡con la de muñecos chulos que hay por la red y la de cosas que se aprenden eligiendo patrones completamente diferentes! Bueno, gracias a las obsesiones de esta chica, yo tuve el patrón que buscaba, así que tampoco me quejaré.

Y para terminar, os dejo con una foto del señor Lovecraft, que a mí me recuerda a un Mariano Rajoy sin barba... inquietante...


domingo, 27 de enero de 2013

De camiseta a bolsa de tela

Este post habla sobre la reencarnación de los objetos, su transformación en algo diferente una vez terminada su vida útil: el reciclaje. 

A Àlex, mi pareja, se le hizo un tanto pequeña una de sus múltiples camisetas de Star Wars así que ya no se la volvería a poner jamás de los jamases, pero era una pena tirarla porque era muy graciosa y en realidad todavía estaba nuevecita. Me preguntó si me atrevía a convertir la camiseta en una bolsa de tela para llevarse la fiambrera al trabajo... evidentemente, le dije que sí.


Casualidades de la vida, esa semana me llegó un correo del Centro de Cultivos Contemporáneos del Barrio en el que, entre muchos otros, se anunciaba el taller "Mending Sentimental: remendar y reciclar prendas de alto valor emocional"... como anillo al dedo. Yo todavía no había visitado este CCCB, pero a Aviv, el chico que está al frente de este proyecto, lo conocía de un curso al que me apunté poco después de llegar a Barcelona para aprender a hacer ganchillo (ni que decir tiene que me resultó de muchísima utilidad). Aviv, y por consiguiente los cursos que se imparten en el CCCB, es pura experimentación creativa: desde cómo realizar un compostero casero hasta la maceración de licores, desde talleres de serigrafía hasta clases de ganchillo y costura... todo lo que os podáis imaginar.

Y allá que me fui. A lo largo de tres clases (en realidad eran cuatro, pero a una no pude asistir) aprendí a enhebrar y utilizar una máquina de coser (no había utilizado una en mi vida), también utilicé una overlock, aprendí muchos conceptos y técnicas de costura completamente nuevos para mí y, sobre todo, conocí a gente majísima con la que compartí experiencias y conocimientos. Aquí podéis ver el post que Aviv incluyó en el blog del CCCB sobre los trabajos que hicimos.

En cuanto al resultado final, juzgad vosotros mismos:


Ahora falta ver cuánto dura la bolsa... sea como sea, siempre será más útil que en su antigua forma de camiseta empequeñecida.

martes, 8 de enero de 2013

Chucho-llavero

¡Dos días consecutivos publicando en el blog! ¡Tiramos la casa por la ventana! Eso de tener todavía dos días de vacaciones después de la resaca navideña da para mucho.

Hoy os traigo otro amigurumi, esta vez con un patrón sacado de la red. Mi amigo Tino me pidió que le hiciera a su novia Ariadna un beagle, ya que a ella le encantan los perros y en el pasado tuvo uno de esta raza. Y dicho y hecho. Buscando y buscando di con la joya de la corona de las páginas web: Revistas de Labores. En ella se pueden encontrar infinidad de, como su propio nombre indica, revistas escaneadas dedicadas al mundo de las labores. Desde amigurumis hasta abalorios, pasando por patchwork y fieltro... de todo. Una de las revistas colgadas es Ami Ami Dogs, una revista japonesa con patrones de perros súper graciosos de un montón de razas. Al principio me costó pillarle el truquillo a los patrones japoneses, pero después de unos cuantos ensayos y errores, di con la forma correcta de interpretar los esquemas. Éste es el resultado:


El tamaño era perfecto para un llavero, así que le enganché una cadenita y una anilla, y ale, llavero terminado. El problema de estas cosas siempre es el mismo: da una pena tremenda utilizar como llavero los amigurumis, porque de llevarlo siempre de acá para allá se acaban estropeando y ensuciando. De todas formas, siempre he pensado que las cosas están para utilizarlas y que es mejor que mueran en el campo de batalla que que se queden en un cajón y perezcan en el olvido... ¡sacad a pasear vuestras manualidades y que vean mundo

lunes, 7 de enero de 2013

Tirisiti

Recién clausurada la época navideña 2012-2013, Sara, o sea, yo, vuelve a tener tiempo de escribir algunas líneas en el blog de Feel i cotó.

Pero no se crean que abandonamos completamente la temática navideña, porque hoy, por fin, tengo el placer de presentarles el primer amigurumi que me saqué de la manga: ¡un Tirisiti de ganchillo!


El Betlem de Tirisiti es un teatro de marionetas que se representa todas las navidades en Alcoy desde mediados del siglo XIX. Esta representación es singular porque conserva un tipo de títeres prácticamente desaparecido en la actualidad: los títeres "de pie y varilla". A pesar de lo que se podría deducir de su nombre, es casi más una comedia surrealista que un belén propiamente dicho, ya que además del nacimiento de Jesús, van apareciendo sin demasiada relación personajes y tradiciones de la cultura alcoyana como las fiestas de Moros y Cristianos, un torero que hubo en Alcoy entre los años 20 y 40 llamado Clásico, diferentes personajes populares como el sereno, el monaguillo, el sacristán y el párroco, etc. Pero sin duda alguna, lo que hace que esta representación tenga cada año más y más adeptos es su humor políticamente no demasiado correcto, con el personaje de Tirisiti a la cabeza: bromas renovadas anualmente relativas a la actualidad social y política, personajes de moral un tanto distraída y un Tirisiti cuyas principales características son su mal carácter, la falta de valentía y la tendencia a meterse con todo el mundo... eso sí, todo ello con mucha gracia.

Y mira tú por dónde, resulta que la persona que mueve el Tirisiti y le da esa peculiar voz es amigo mío. Un día le comenté que quería hacerle un muñequito de ganchillo y me dijo que le haría mucha ilusión que le hiciera un Tirisiti. Patrones de Tirisiti en la red, como comprenderéis, no es que abunden, así que en lugar de pensar en la dificultad que implicaría realizar mi primer patrón, me planteé la tarea como un reto... ¡y el reto fue cumplido satisfactoriamente! Os dejo también un foto del auténtico Tirisiti para que la gente que no lo conoce sepa a qué me refiero.


¡Un besazo a todo el mundo y a empezar el año con energías renovadas!